Caminando a la felicidad

La parábola del altavoz


Cuando intento dar una explicación a todo lo que existe me encuentro con lo siguiente:


* mi limitación personal para entender algo tan inmenso como el macrocosmos, la composición de las galaxias, la composición del Universo,

* mi limitación personal para entender algo tan inmenso como el microcosmos, la composición del átomo, la composición de las partículas subatómicas.


Veo que hay teorías físicas como la Relatividad que se adapta mejor a la hora de explicar el macrocosmos y teorías físicas como la Cuántica que se adapta mejor a la hora de explicar el microcosmos, pero parece que cada una de ellas no es capaz de explicar el comportamiento del macrocosmos y del microcosmos por sí sola.

Veo que los físicos siguen trabajando en encontrar una teoría que explique ambos mundos con una única explicación, trabajando en la teoría de cuerdas, teoría M, etc.

Veo que los físicos cuánticos dicen cosas que los budistas, hinduistas y taoistas decían hace miles de años.

Veo que los médicos y neurocientificos occidentales comienzan a decir cosas que decía la Medicina Tradicional China hace milenios, como que los sentimientos y la mente afecta a la salud de los órganos internos y al sistema inmunitario.

Veo que hay muchas cosas que aprender de las culturas orientales

Y me digo, ¿qué más cosas tenemos que aprender de esas culturas lejanas?

De la espiritualidad analizo cuales son las diferentes teorías acerca de qué es real y qué es lo REAL

Del budismo theravada aprendo que para ellos en realidad no somos nada, somos la conjunción de muchos elementos menores (al igual que una silla es la unión de cuatro patas, una tabla y un respaldo), nosotros somos la unión de liquidos, musculos, huesos, etc, que están compuestos por moléculas y estas por átomos y por tanto no existe el yo, no existe mi persona. Todo lo que vemos y sentimos es impermanente (perecedero) y por tanto falso. Lo Real, lo que existe es permanente.

El budismo mahayana nos dice que nuestro cuerpo y mente no son ciertos, somos un ser que existe por siempre que observa al cuerpo y se comunica con el mundo físico a través de una herramienta llamada mente.

El Vedanta Yoga también nos dice que nuestro cuerpo y mente no es lo que somos, es tan solo un elemento presente en nuestro campo de conciencia al igual que nuestro SER, el sujeto, el observador y nos dice que para que el Sujeto pueda interrelacionarse con el objeto (con nuestro cuerpo y nuestra mente) es necesario que ambos estén en el mismo plano, es decir, nuestro campo de conciencia tiene que estar en la divinidad y todas los campos de conciencia están incluidos en esa divinidad, por lo que todos pertenecemos y somos parte de la divinidad.

Curioso, parece que coincide con el Cristianismo cuando dice que Dios está en cada uno de nosotros.

El caso es que eso de que todos los campos de conciencia, en los que se hayan nuestros campos y mentes, estén incluidos en un campo de conciencia único, que ellos llaman Brahman, me hace pensar en una analogía o parábola: la membrana de un altavoz.

Como seguramente sabes, un altavoz es una membrana que está sujeta en su contorno exterior y que se mueve al ser excitado en puntos cercanos a su centro mediante unas corrientes eléctricas.

Una vez que se excita eléctricamente el centro del altavoz, la energía cinética que se inyecta a unas partículas de la membrana del altavoz se van transmitiendo a las partículas del altavoz contiguas a las inicialmente excitadas, y se va propagando la energía cinética de las partículas más internas hacia las particulas mas externas, al igual que cuando tiramos una piedra en el centro de un estanque y se mueven las particulas de agua del punto en que cayó la piedra hacia los bordes del estanque, pareciendo que el agua se mueve horizontalmente, cuando en realidad el agua tan solo se mueve verticalmente y lo que hay un trasvase de energía de una partícula a las partículas contiguas a ella.

Así el estado de vibración de una partícula de la membrana del altavoz influye en el estado de vibración de las partículas contiguas en el momento siguiente.

Pues, tu verdadero YO, mi verdadero Yo y los verdaderos YO de todos los seres somos partículas de la membrana de un  altavoz gigante, salvo que esta membrana tiene tres dimensiones y vibra en dimensiones que no somos capaces ni de ver, ni descubrir, ni entender.

Todos nuestros espíritus son minúsculas partículas de esa membrana y nuestro estado de vibración produce cambios en los espíritus con los que interactuamos (partículas contiguas del altavoz)

El altavoz estará allí siempre, aunque nuestra mente y cuerpo mueran, el espíritu que es la partícula de la membrana, tendrá un estado de vibración diferente, pero no desaparecerá del altavoz.

El altavoz no cambia, sólo modifica su estado de vibración y el conjunto de todo el estado de vibración generará un sonido, que es el ruido cósmico, la liberación de energía debida a la composición de todas las energías cinéticas de todas las particulas del Universo.







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